Enriquecimiento del suelo con materia orgánica

Viernes, Noviembre 3, 2017

La materia orgánica consiste de restos de seres vivos y vegetales en proceso de descomposición, ayudados por la temperatura, el agua y la intervención de más seres vivos formando minerales (nitrógeno, calcio, fósforo, etc.) aprovechables por la planta.


Sería muy fácil decir que la materia orgánica mejora las propiedades del suelo. Pero su influencia sobre el suelo cambia drásticamente el rendimiento que se puede obtener de un cultivo: 
 

  • Aumenta la retención de agua, aportando nutrientes, y facilitando su absorción por la planta.
  • Enriquece el suelo con microorganismos benéficos.
  • Su carga bacteriana induce la humificación en el suelo.
  • Mejora la estructura del suelo y su aireación.
  • Aumenta la resistencia de la planta al ataque de plagas y enfermedades.
  • Actúa como regulador del pH del suelo.
  • Su aporte de ácidos húmicos y fúlvicos, propicia la formación de quelatos con sus propios nutrientes.
  • Aumenta la capacidad de intercambio catiónico, reteniendo más nutrientes y evitando sus pérdidas por lixiviación.


La aplicación de materia orgánica o humus (en un avanzado estado de descomposición) es, sin duda, el mejor método para mejorar las propiedades físicas del suelo ya que proporciona nutrientes a la tierra en proporciones equilibradas, incluyendo micro elementos. El uso de sustratos orgánicos está tomando importancia en la agricultura orgánica, ya que es una respuesta a la mejora en las prácticas agrícolas. Sus procesos de elaboración incluyen métodos biológicos que transforman restos orgánicos en productos estables para el mejoramiento de los suelos. 


La materia orgánica no es fitotóxica ni contamina el suelo, el agua y/o la atmósfera. No desarrolla resistencia en los insectos plagas, hongos y bacterias patógenas. Asimismo, se puede aplicar en cualquier momento ya que es bio-degradable y sus moléculas no son tóxicas. Además, a los cultivos les ayuda a formar fitoaléxinas (sustancias de autodefensa) que ayudan en su desarrollo sin provocar estrés como algunos agroquímicos, y las impulsan a desdoblar los tóxicos ya acumulados en sus tejidos. 



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